miércoles, 12 de diciembre de 2012

Osho: DARSHAN. Osho se reúne con grupos de buscadores en...

un pequeño auditorium contiguo a su residencia cada tarde, a las siete, durante una o dos horas. En esos darshan inicia a nuevos sannyasins procedentes de todo el mundo, recibe a las personas que acaban de llegar o se están yendo, responde preguntas y aconseja sobre problemas. Grupos de trabajadores del ashram y participantes en los programas del ashram asisten a estas reuniones siguiendo un calendario rotativo. Se graban estos encuentros íntimos, cara a cara, entre Osho y sus huéspedes, y son publicados en los Diarios de Darshan.
Uno tiene que aprender, poco a poco, a estar sólo y a confiar en uno mismo cada vez más. Mi ayuda no debería convertirse en una dependencia. Debería ser una ayuda para que te vuelvas, de verdad, más alerta, para que confíes más en tu propia vida, en la voz de tu corazón.
Por eso cuando vienes a mí y me preguntas, no es que yo responda. Tengo que buscar en tu corazón para ver cuál habría sido tu decisión si tu propio corazón estuviera funcionando. Nunca tomo ninguna decisión yo solo, porque eso sería destructivo. Habría sido algo externo. Por eso, cuando preguntas, miro dentro de ti; no decido. Miro en ti, te siento, miro en tu propio corazón que tú no puedes ver, y dejo que ese corazón decida. Por eso, como mucho, te interpreto a ti, tu propio corazón. Soy una partera.
Si puedes decidir, mejor. Poco a poco, empezarás a escuchar a tu propio ser interno y lo que te está diciendo. Y esa confianza tiene que surgir. De otra forma, confiar en mí puede volverse peligroso para ti, porque entonces estás dependiendo siempre de un agente externo. Se puede convertir en un hábito, de
modo que, cuando estés sólo o cuando te hayas alejado mucho de mí, estarás perdido sin saber qué hacer.
Mientras estés aquí, todo lo que puedas decidir, decídelo. Cuando sientas que te es casi imposible llegar a una decisión, que los pros y los contras están casi equilibrados, que estás dividido en dos mitades, sólo entonces ven a mí. Y, entonces, igualmente, sólo te puedo ayudar; no te impongo nada. Como mucho,
puedo convertirme en un puente entre tú y tú mismo. Ésa es mi función.
Para que poco a poco puedas ver el puente y puedas ir tú mismo hacia tu auténtico ser, para que la necesidad de mí cada vez sea menor. Llega el día en el que no hay nada que no puedas decidir. Entonces te has hecho mayor. Has madurado.
Siempre que ves que ha surgido un problema, es una buena oportunidad, un desafío, un momento crítico. Úsalo creativamente, encuentra modos y formas.
Escucha en silencio a tu propio corazón y si en él surje una cierta seguridad, bien; ya has recibido mi ayuda. Pero sólo en raros momentos en los que no puedas decidir, cuando haya demasiada oscuridad y estés absolutamente confuso —si tú decides esto, la mente dice aquello; si tú decides aquello, la mente dice esto y
continúas colgando entre los dos. No puedes ni siquiera ver que una de las voces corresponde a la mayor parte de tu ser, estás dividido al 50%—, sólo entonces, acude a mí. Entonces, igualmente, recuerda siempre que no te estoy dando mi consejo. Te estoy habilitando el acceso a la parte más interna de tu corazón.
Pronto comenzarás a verla.
Osho-Autobiografía de un Místico Espiritualmente Incorrecto
Apéndice
Págs. 330,332

No hay comentarios:

Publicar un comentario