jueves, 5 de julio de 2012

En realidad, todos somos responsables de lo que ocurra;...



En realidad, todos somos responsables de lo que ocurra; participamos en ello de algún modo.
Si alguien se pone agresivo contigo, en vez de pensar que él es el agresor, como se hace normalmente, hazlo desde este punto de vista:
"¿Qué habrá en mí que le ponga agresivo?; no es agresivo con todo el mundo".
No es agresivo con los árboles; es agresivo contigo. Tiene que haber algo que estés haciendo, algo en tu comportamiento que provoque agresión en él.

Puede que no se lo estés haciendo a él. A eso me refiero; todo está muy entretejido. Quizá le recuerdas a su padre que solía pegarle y, como era tan pequeño, no podía hacer nada.
Y cuando te ve, su agresión no es hacia ti, tú eres simplemente simbólico. Su agresividad es hacia su padre, que ya no está en este mundo.
Así que en lugar de reaccionar a la agresión, que empeoraría las cosas, intenta entender. Pregúntale:
"¿Por qué eres tan agresivo conmigo? ¿Hay algo en mí que te ofenda? ¿Te he hecho algo?; porque si es así no me he dado cuenta. Tiene que haber otra razón para tu agresión".
Así es como lo haría un hombre sabio. Y si le preguntas a esa persona, quizá empiecen a brotar lágrimas de sus ojos y te pida perdón:
"Tú no has hecho nada, es que me recuerdas a mi padre. Cuando era niño, me pegaba tanto que solía pensar que cuando fuese grande y fuerte, ya le enseñaría yo...
Pero él murió antes de que eso ocurriera. Así que algo ha quedado incompleto en mí. En cuanto te veo, no tiene nada que ver contigo, es mi problema".
Si las personas empezasen a comportarse así, en poco tiempo crearíamos un tipo de vida completamente distinto...
Existen los problemas, pero estos proceden de tu interior y son proyectados sobre los demás. Y a los demás les ocurre lo mismo. Tienen problemas, tienen deseos reprimidos, tienen experiencias incompletas. Y, si por casualidad, tú encajas con algo de su miseria psicológica, puede que se enamoren de ti o se enfaden contigo o te odien...
Durante veinticuatro horas, observa tus juicios acerca de los demás;
¿Son buenos o malos?.
Observa de dónde salen tus respuestas a la gente.
¿Salen de ellos o salen de tu interior?
Todo este mundo con toda su desdicha y sufrimiento está dentro de ti. Todo este mundo puede ser de felicidad y bendición si tu ser interior cambia.
Esta es mi definición de una persona religiosa: ha cambiado su ser interior, lo ha limpiado, así que se convierte en un puro espejo, refleja pero no reacciona. Siente compasión incluso por aquellos que están llenos de ira, siente compasión por los tristes, los desdichados, por los que están destrozando su vida con el alcohol o las drogas. Lo único que siente es compasión.
Y de esa compasión sale una respuesta: si puede ayudar, ayuda. No puedes provocar una reacción en un hombre sabio; nunca reacciona. Esa es la diferencia entre las palabras "reacción" y "respuesta", aunque parezcan similares. La reacción es ciega e inconsciente y culpa al otro. La respuesta es consciente y clara y ve las cosas tal como son...
Así que siempre que ocurra algo, recuerda, primero mira dentro de ti. Puede que lo que te estén diciendo sea cierto, y si no es cierto entonces no tienes por qué preocuparte, es el problema de otro que lo está proyectando en ti...".
OSHO

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