lunes, 30 de abril de 2012

Osho: El problema para un hombre que busca la realidad...

El problema para un hombre que busca la realidad es cómo parar el círculo vicioso del pensar y aun así ser consciente. Porque los estúpidos tampoco piensan, pero no son conscientes. Sé consciente; la energía que va al pensar tiene que volverse consciencia. La consciencia que se mueve en un círculo vicioso al pensar tiene que conservarse, tiene que purificarse. El pensar tiene que parar, el girar de la consciencia tiene que parar, pero la consciencia no. La consciencia tiene que cristalizarse y la acción tiene que permanecer, la acción no debe parar.


Al unir la consciencia y la acción inmediatamente alcanzas la realidad. Y no sólo tú, sino que crearás una situación en la que otros también podrán encontrar la realidad. Te convertirás en el ambiente, en el clima alrededor del cual las cosas empezarán a ocurrir. Esto es lo que ocurrió con Buda, con Sosan, con Chuang Tzu.


Recuerda: la acción es buena; el pensar es un círculo vicioso, nunca te lleva a ninguna parte. Así que hay que dejar de pensar pero no de actuar. Hay gente que continuará pensando; dejará de hacer. Eso es lo que ocurre cuando una persona renuncia a la vida, se va a la selva, a los Himalayas. Renuncia a la acción, no al pensar. Renuncia al mundo en el que se necesita la acción. Renuncia a la propia realidad, porque es a través de la acción que te pones en contacto con la realidad. Ver es una acción, moverse es una acción, danzar es una acción, pintar es una acción. Cuando haces cualquier cosa, sea lo que sea, te pones en contacto con la realidad.


Tienes que volverte cada vez más sensible en tu hacer. No hay que renunciar a la acción; la acción tiene que estar totalmente presente, porque ese es el puente a través del cual tú te mueves en la realidad y la realidad se mueve en ti. Intenta comprenderlo, porque esto es algo muy básico; básico para mí: renuncia al pensar, no renuncies a la acción.


Hay gente que piensa y piensa, hay gente que renuncia a actuar. ¿Pero qué van a hacer en los Himalayas? Allí toda la energía, al no ser usada en la acción, se irá al pensamiento. Se harán grandes filósofos. Pero la filosofía es una tierra de tontos; se vive en palabras, no en realidades. El amor desaparece, sólo queda la palabra «amor». Dios desaparece; porque él estaba en los campos, en el mercado, en el mundo, y ahora tan sólo queda la palabra «Dios». Las acciones desaparecen y sólo quedan los conceptos. Tu cabeza se convierte en todo tu ser.


Evítalo. Nunca renuncies a la acción, renuncia solamente al pensar. Pero si renuncias al pensar cabe la posibilidad de que te vuelvas inconsciente o de que te conviertas en un estúpido. Puede que empieces a hacer cualquier cosa, puesto que ahora no sabes qué hacer y tampoco piensas. Puedes volverte loco. Uno tiene que renunciar a pensar, pero no tiene que hacerse menos consciente, más inconsciente. Al contrario, tienes que hacerte más consciente.


En esto consiste todo el arte de la meditación: en cómo estar totalmente en la acción, cómo renunciar al pensar, cómo convertir en consciencia la energía que se empleaba en pensar.


Va a ser algo muy delicado y sutil, porque si das un sólo paso en falso caerás en la ignorancia infinita.


ES FÁCIL dejar de pensar, pero entonces te dormirás. Esto es lo que ocurre cada día en los momentos de sueño profundo: renuncias, dejas de pensar, pero entonces dejas de estar presente, abandonas la consciencia. Tu consciencia se ha identificado enormemente con el pensar, así que siempre que dejas de pensar caes en coma.


Y ese es el problema. Uno tiene que dejar de pensar y al mismo tiempo no caer en coma, porque el coma no te llevará a la realidad. Al volverte inconsciente no vas a la realidad, simple mente te duermes: el consciente se ha disuelto en el inconsciente. Y tiene que ocurrir justo lo contrario: el inconsciente tiene que disolverse en el consciente. Si el consciente cae en el inconsciente, tú caes en un coma, y si el inconsciente penetra en el consciente y se convierte en el propio consciente, te iluminas, te conviertes en un buda, en un «Sosan».


Y es muy fácil ayudar a la consciencia a que caiga en la inconsciencia, porque la consciencia es una parte muy pequeña. Una décima parte de tu ser es consciente, y las nueve partes restantes son inconscientes. Sólo una pequeña parte se ha vuelto consciente, y hasta esa parte está siempre oscilando. Puede caer en cualquier momento, es muy fácil.


Osho-El Libro de la Nada

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