jueves, 23 de febrero de 2012

Osho: ... el corazón del niño que no sabe decir que no,


...el corazón del niño que no sabe decir que no, que sólo conoce un sí, un sí que no se opone al no. No es que el niño diga que sí por fuera, y no por dentro, así opera la cabeza, sí afuera y no adentro, no afuera y sí adentro. La cabeza es siempre esquizofrénica, nunca es única y total. Cuando el corazón dice que sí, es sí simplemente. No hay división ni conflicto. El corazón es integrado en su sí. Este es el verdadero creer, el verdadero confiar. Es un fenómeno del corazón, no un pensamiento, sino un sentimiento, y en su última instancia en el Ser, ni siquiera un sentimiento.
Al principio el confiar es un sentimiento, y en su máximo florecimiento es el Ser.
Las denominadas creencias permanecen en la cabeza, nunca pasan a formar parte de tu sentir y tampoco pueden llegar a ser tu Ser. A menos que algo se transforme en tu Ser, seguirá siendo un sueño ideal, una pérdida de energía.
Pero confiar requiere arriesgar. Te sorprenderá saber que la duda es muy cobarde. Habrás oído decir que las personas valientes duda, que los cobardes creen. De cierta forma esto también es verdad. La creencia de la mente es cobarde, y tú sólo conoces a los que creen en la mente, por lo que concluyes que corresponde a la realidad. Si vas a las mezquitas, iglesias y templos, los encontrarás llenos de cobardes. Pero el verdadero creer no es cobarde, requiere de gran coraje: es heroico.
La duda emerge del miedo. ¿Cómo puede ser valiente? La duda está enraizada en el miedo. La duda surge porque hay un deseo de protegerse, de defenderse, de estar seguro. Sólo puedes confiar si estás dispuesto a entrar en la inseguridad, en lo inexplicable, si estás dispuesto a zarpar desprovisto de mapas rumbo a lo desconocido. Confianza significa inmenso coraje, y sólo alguien con coraje puede ser religioso, porque sólo una persona con coraje puede decir que sí.
La duda es una defensa, aún cuando te encuentras defendido por ella te mantiene estancado, no puedes moverte, porque cada movimiento trae miedo, ya que cada movimiento es un movimiento hacia lo desconocido, hacia lo que no es familiar. Recuerda, la duda es un subproducto del miedo.
Entonces, ¿qué es confiar? Confiar es un subproducto del amor. Sólo los que saben amar saben confiar. El amor nace del corazón, y la confianza también; la duda nace de la cabeza y el miedo también. Quien vive en la cabeza permanece cobarde. De hecho porque es cobarde vive en la cabeza. Teme moverse hacia el corazón, porque nunca se sabe adonde éste te va a llevar.
El corazón es un aventurero, es el explorador de los misterios, es el descubridor de todo lo oculto. El corazón está siempre en peregrinaje. Nunca está satisfecho, tiene un profundo descontento espiritual, nunca se establece en ningún lado, está muy enamorado del movimiento, del dinamismo.
Osho- El Hombre de Vida Inexplicable

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