martes, 8 de junio de 2010

Dice Osho: La gente viene a mí y me pregunta: ¿Por qué sannyas?


La gente viene a mí y me pregunta: "¿Por qué sannyas? ¿No podemos estar aquí sin tomar sannyas?".

Sí, puedes estar aquí todo el tiempo que quieras, pero no estarás cerca. Puedes sentarte justo a mi lado. Puedo darte la mano; no servirá de nada. La vulnerabilidad por tu parte, la apertura por tu parte...

Tan sólo hace unos días un jove me preguntaba: "¿Cuál es la razón fundamental para llevar túnicas ocres, mala, camafeo? ¿Cuál es la razón?".
"No hay ninguna -le dije yo-. Es algo absurdo".
Se quedó perplejo- Dijo: "Pero si es absurdo, ¿entonces por qué lo impones?".
Y yo le contesté: "Precisamente por eso".
Si yo te digo algo que sea racional y tú lo haces, eso no te entregaría a mí, eso no sería el gesto. Si algo es racional y estás convencido de su racionalidad y lo sigues, entonces estás siguiendo a tu razón, no a mí. Si algo es racional y se puede demostrar racionalmente, científicamente, y lo sigues, no eres vulnerable a mí, no estás disponible para mí. Eso no serviría de nada; todavía estarías siguiendo a tu razón. Por eso todos los maestros a través de los tiempos han desarrollado unas cuantas cosas absurdas. Son simplemente simbólicas. Simplemente, muestran que sí, que estás preparado y no preguntas por la razón. Estás dispuesto a ir con este hombre y si él tiene algunas ideas excéntricas también las admites. Esto afloja tu cabeza, tan sólo te hace un poquito más abierto.
La iluminación puede suceder en cualquier color; no hace falta que sea el naranja, puede ocurrir en cualquier color. Puede suceder sin ningún camafeo, puede suceder sin ningún mala. ¿Pero entonces por qué...? El "por qué" es lo absurdo. La razón es que no tiene sentido. Es simplemente un gesto por tu parte de que estás dispuesto a entrar en algo aunque sea absurdo. Estás dispuesto a ir más allá de tu razón; ése es su sentido.
Éste es un pequeñísimo comienzo, pero los pequeños comienzos pueden acabar en grandes finales. Cuando el Ganges sale de los Himalayas no es más que un hilillo de agua; puedes retenerlo con las manos, es un fenómeno pequeñísimo. Pero para cuando alcanza el océano es tan vasto y tan enorme que te ahogarías en él; ya no puedes retenerlo.
Esto es un pequeño gesto (vestir de naranja y llevar el mala con el camafeo), algo muy absurdo, un pequeño gesto, el comienzo de algo. Amas tanto a una persona que estás dispuesto a hacer algo absurdo por ella, eso es todo. Esto te hace vulnerable a mí, y puedes coger el sarampeón más fácilmente.
Osho- Transformación Tántrica
Comentarios y Enseñanzas sobre
"La Canción Real de Saraha
"Capítulo, De La Nada A La Nada.
Pág.121,122

No hay comentarios:

Publicar un comentario