miércoles, 16 de mayo de 2012

Osho: Si puedes transportar el rasgo de alegría de la soledad a la sociedad,...

Si puedes transportar el rasgo de alegría de la soledad a la sociedad, de repente tomarás conciencia de un nuevo fenómeno, un nuevo acontecimiento en tu interior: que la sociedad te ayuda a estar solo, que estar solo y el aislamiento te ayuda a relacionarte profundamente con la gente. Un hombre que nunca vivió en soledad no puede conocer la belleza de relacionarse; creo que no puede conocerla porque nunca ha estado solo. Nunca ha sido una persona, ¿cómo puede conocer la belleza de una relación? Una persona que nunca ha vivido en
sociedad no puede conocer el placer de la soledad. Una persona que nació en un paraje solitario, que creció en un paraje solitario, ¿crees que será feliz? ¿Crees que podrá gozar de su soledad? Simplemente se tornará aburrido y estúpido.
Ve a las montañas, ve al Himalaya. Hay gente que vive allí (han vivido allí durante miles de años, han nacido allí) pero, por más que sientas la belleza del Himalaya, ellos no pueden percibirla. Por más que disfrutes el silencio que allí reina, ellos no pueden disfrutarlo. Ni siquiera tienen conciencia de que existe el silencio.
Cuando van a las ciudades, sienten una excitación similar a la que tú sientes cuando vas a las montañas. A la gente que vive en Bombay, en Londres y en Nueva York, le encanta visitar el Himalaya. Cuando pueden ir a Bombay, Londres o Nueva York, las personas que vi ven en el Himalaya perciben lo hermoso que es el mundo.
Es necesaria la oposición para sentir: se transforma en algo contrastante. El día es hermoso porque existe la noche. La vida es tan hermosa porque está la muerte. El amor se transforma en una danza interior porque está el odio.
El amor te conduce a un pico máximo de conciencia, porque el amor se puede perder. No es algo en lo que puedas confiar. En este momento está, y en el momento siguiente no. La posibilidad de su ausencia brinda profundidad a su presencia. El silencio se vuelve más silencioso cuando en el fondo hay ruidos. Hace sólo un instante, pasó un avión. Puedes verlo de dos maneras: si eres un hombre perturbado, en tu interior lo percibirás como una interrupción del silencio. Si estás integrado por dentro, el ruido del avión profundizará el silencio que aquí impera. El ruido se transforma en el fondo que le da forma y relieve al silencio. Le da nitidez al silencio. El silencio, una vez que ha pasado el avión, es mayor que antes. Depende de ti.
Siempre recuerda: no te vuelvas dependiente respecto de las cosas, de las situaciones, de las condiciones. Así podrás moverte. No evites el movimiento, o te asfixiarás. Todos le temen al movi miento, porque son dependientes. No pueden salir de sus montañas, de su aislamiento, al mundo del mercado, porque saben que se sentirán molestos. ¿Qué clase de silencio es éste, que el mercado puede interrumpirlo? ¿Qué valor tiene?
Si el mercado puede destruirlo, si el mundo, el mundo monótono, puede destruirlo, entonces ese silencio es muy impotente. Si tu silencio fuera verdaderamente potente, si lo hubieras conseguido, nada podría destruirlo.
No es muy difícil comprender lo que estoy diciendo acerca del silencio, pero es mi actitud en todas las esferas de la vida. Si eres un brahmachari real, un verdadero célibe, puedes acceder al sexo sin que destruya tu celibato. Será muy difícil seguir esto. Si el sexo perturba tu celibato, éste no es válido. Llevas la cualidad dentro de ti.
Si estás realmente vivo y lleno de energía, puedes morir con alegría. Sólo las personas apocadas mueren infelices, porque nunca han vivido. Nunca probaron la copa de la vida. Siempre han estado esperando y esperando, sin que nunca les llegara la vida. Por eso les asusta la muerte.
Quien ha vivido siempre está dispuesto a morir. Quien vivió verdaderamente está dispuesto a aceptar la muerte en cualquier momento. La palabra "aceptar" no es buena; sería mejor usar "dar la bienvenida " a la muerte, recibirla con alegría, plácidamente. Entonces, la muerte es una aventura. Y debería serlo, si es que verdaderamente has vivido. Así, la muerte no es un enemigo, es un amigo. Una vida más profunda deja lugar a la muerte, mientras que una vida superflua la evita. Esto se da en todas las esferas de la vida.
Si sabes lo que es la amistad, no tendrás miedo de los enemigos. ¡No tendrás miedo! La enemistad tiene su belleza propia. Es una especie de amistad, pero Al morir, un hombre que lo conoce transportará su bienestar.
La risa le saldrá de adentro, del centro mismo de su ser.
No trates de hacer una síntesis entre los polos opuestos de la vida. Sólo manténte integrado. Y, cuando digo esto, quiero decir: lo que sientas en la soledad, llévalo al centro mercantil; lo que sientas en tu meditación,
transpórtalo al amor (porque en el amor el otro estará presente, mientras que en la meditación estás solo). Más tarde o más temprano, las cosas se acomodarán a su propio ritmo. No es necesario que las acomodes; tú sólo
acomódate a ti mismo. Acomódate y las cosas irán adoptando su propio orden (siempre lo hacen, siempre te siguen). Una vez que te acomodas, el mundo todo se acomoda. Una vez que estás en armonía, el mundo todo queda en armonía. Una vez que se alcanza el ritmo interno, no hay discordancias en el mundo.
Mi acento, mi absoluto énfasis, es éste: acomódate. No trates de hallar armonía alguna entre los opuestos.
Nunca podrás encontrarla y, si lo intentas demasiado, te pondrás cada vez más molesto, ¡porque es imposible!
Otra cosa por la que has preguntado: que cuando estás conmigo sientes bienestar, sientes el silencio, sientes que todo es posible. Esto también puede transformarse en dependencia. Entonces, cuando no estés conmigo, las cosas parecerán más imposibles, las ¿osas parecerán no estar tan de acuerdo. Te confundes.
Cuando estás conmigo, sientes el silencio, porque tú estás menos. Cuando estás conmigo, sentado conmigo, por momentos te quedas sin yo, durante algunos períodos no estás allí, simplemente estás conmigo. La barrera se ha roto, la pared ha desaparecido. En ese momento, estoy fluyendo en ti. Todo parece posible. Lejos de mí, vuelves a armar tus paredes. Tú estás allí. Entonces, las cosas no son tan hermosas. Así que trata de comprender lo que está sucediendo y conserva esta comprensión cuando te alejes de mí. ¿Qué sucede?
Cuando todo parece posible, y hasta la iluminación final parece posible, ¿qué sucede? No estás allí. Sin ti, todo es posible; contigo todo es imposible. El problema eres tú.
Al escucharme, te olvidas. Si te olvidas, no estás allí, porque tu presencia allí, tu yo, es sólo un fenómeno mental. Debes crearlo a cada momento. Es igual que pedalear en una bicicleta. Tienes que seguir pedaleando: si paras por un solo momento, la bicicleta se detiene. Hay un impulso, un pequeño impulso: la bicicleta seguirá andando unos pocos metros y luego se detendrá. Si quieres que continúe, tendrás que seguir pedaleando. Es un proceso continuo. El movimiento de la bicicleta no es algo permanente; es necesario generarlo en todo momento. El yo debe ser pedaleado en todo momento; y tú lo estás pedaleando.
Cuando estás aquí, este pedaleo se detiene. Estás más interesado en mí. Todo tu centro de atención se desplaza. Como un niño pequeño andando en bicicleta. Todo le produce curiosidad. Mira hacia el árbol en el cual parlotean cientos de loros, y se cae de la bicicleta, porque la atención se ha desviado. Deja de pedalear, se olvida de que estaba andando en bicicleta y de que debe seguir pedaleando.
A los chicos pequeños les resulta difícil aprender a andar en bicicleta por una sola razón: por la curiosidad que todo les genera. Ningún país otorga a los niños licencias para conducir, sólo porque son tan curiosos que se olvidan. En cualquier momento, toda su atención puede desviarse hacia cualquier lado, y olvidan que están manejando, que tienen una herramienta peligrosa en la mano y que vidas ajenas están en peligro. Se desconcentran. La conciencia de los niños fluye para cualquier lado.
Cuando estás aquí, te interesas tanto en mí, te comprometes tanto con esto, que te olvidas de pedalear. Y, en ciertos momentos, cuando te olvidas completamente de ti mismo, el silencio desciende sobre ti, surge un
placer, y todo parece posible.
Lejos de mi, vuelves a ti: tu mente comienza a pensar, empiezas a pedalear, y pedaleas más porque debes compensar. No has pedaleado tu bicicleta durante algunos momentos; así que pedaleas más para compensar.
Regresa el yo fuerte y pierdes contacto contigo mismo.
Conmigo, lo que sucede en realidad es que estás más en contacto contigo mismo; el yo no está allí. Estás en un contacto profundo contigo mismo; tu fuente interior está a tu disposición, fluyendo; la energía no encuentra
obstáculos. Lejos de mí, vuelven todos los bloqueos, retornan los viejos hábitos. Entonces, las cosas no parecen ir tan bien. Entonces, todo el fenómeno de estar conmigo tiene la apariencia de un sueño. No lo puedes creen Parece un milagro, y piensas que yo tal vez haya hecho algo. Yo no hice nada. Nadie puede
hacerte nada. Ocurrió porque lo permitiste.
Cuando te alejes de mí, llévate esta sensación. Lo que estés sintiendo aquí, llévalo contigo. Así me necesitarás cada vez menos. Si no lo haces, me puedo transformar en una droga: cada mañana te despiertas y comienzas a buscarme. Luego, te preparas para acudir a mí, con una profunda urgencia: así, me puedo
convertir en una droga. Después te harás cada vez más dependiente de mí. Ésta no es la forma de acceder al satori, al samadhi o la iluminación. No es la manera. Si te vuelves demasiado dependiente de mí, soy una droga y, por lo tanto, soy destructivo. Pero eres tú el que puede convertirme en una droga.
Lo que sientas cuando estás cerca de mi, en mi presencia, conmigo, llévatelo contigo. Debes llegar a un punto en el cual, conmigo o sin mi, sigas siendo el mismo. Entonces, seré una ayuda y no una esclavitud. Entonces, seré una liberación para ti; y debo transformarme en una liberación para ti. Cuando digo esto, quiero decir que debes llegar al punto de liberarte también de mi. Si hay una constante dependencia y no te liberas, no sirve; es sólo posponer las cosas. Un verdadero maestro siempre deja a los discípulos liberados de él. Éste es el
objetivo. Que vengas a mi, que te alejes de mí, pero que te acompañe esa sensación. Que sigas siendo el mismo.
Que te muevas entre los polos opuestos permaneciendo siempre igual. Entonces, todo es posible, porque tú eres aún la fuente de todas las energías.
Tienes en tu interior la fuente de toda la vida. Todo lo que está sucediendo en la vida se está produciendo a partir de la misma fuente de la que saliste tú. Estás relacionado con ella, eres uno con ella. Si los pájaros pueden estar tan contentos y cantar, tú también puedes, porque es la misma fuente la que les aporta su dicha y su canto. La misma fuente está a tu disposición, pero de alguna manera has generado obstáculos. Si los árboles están tan verdes y tan naturales, despreocupados, tú también puedes, pues la savia que llega a los árboles también te llega a ti. Tal vez lo hayas olvidado, pero allí está.
Y lo que ha ocurrido en la vida, todo lo que sucede a tu alrededor, todo este misterio, es tu herencia. Reclámala. La estás dejando de lado al no reclamarla, mientras sigues pidiendo. Allí tienes el imperio, que sigue desperdiciándose y esperando, mientras sigues pidiendo. ¡Reclámalo!
Ésta es la forma en que se lo puede reclamar: manténte igual cuando te desplaces de un polo al opuesto. Esto es lo que Krishna dice en el Gita: "En el dolor o en el placer, sé el mismo; en el éxito o en el fracaso, sigue siendo el mismo. Pase lo que pase, deja que suceda, y sigue siendo el mismo. Esta identidad te dará integridad."
Has preguntado algo más: que te digo que vivas en el mundo, que no renuncies a él, y al mismo tiempo te digo que te vuelvas completamente loco y extasiado. Parece difícil, porque ¿cómo podrías después vivir normalmente en el mundo, en relación con la gente? SI, te digo esto.
Una cosa: renunciar al mundo me parece horrible, porque implica renunciar a un don que Dios te ha otorgado.
Tú no has creado la vida. No estás aquí por tu elección. Es un don. Renunciar a esto iría en contra de Dios.
Toda renuncia va en contra de Dios, porque es un rechazo. Por eso los que dicen que no se vuelven más egoístas. En el momento en que renuncias, afirmas ser más sabio que la fuente divina de la cual proviene todo.
Cuando renuncias, afirmas que tú eliges. Cuando renuncias, usas tu voluntad, y la voluntad crea al yo.
Cuando digo que no renuncies, estoy diciendo que no seas una voluntad, un elector. Lo que ocurre, no sucede por ti; entonces, ¿quién eres tú para elegir esto o aquello? Deja que suceda. ¿Qué puedes hacer? Deja que suceda; no te preocupes por eso. El renunciamiento no es sino un escape. Porque estás herido, porque estás molesto, renuncias. Renuncias a la situación, no a la actitud que te lastima. No renuncias al corazón que tiene tantas heridas que cualquier cosa puede lastimarlo. No renuncias a la mente que está enferma, que está
siempre dispuesta a ser perturbada. Renuncias al mundo, lo cual es más sencillo. Huyes al Himalaya, pero todo lo que estaba adentro de ti seguirá contigo. No habrá ninguna diferencia. Es un engaño.
Sigue integrado, sigue callado, sigue alegre, deja que el mundo sea feliz. ¿Quién eres tú para renunciar o no renunciar? Cuando te encuentres a ti mismo, quédate allí. Sigue integrado y callado y alegre, No te vayas al Himalaya; crea un Himalaya interior. Eso es lo que quiero decir cuando te digo que no renuncies. No te vayas a las montañas; crea ese silencio adentro de ti, de manera que, siempre que te muevas, las montañas te acompañen. La relación es hermosa porque es especular. Pero hay personas estúpidas que ven su rostro en el espejo, les parece desagradable, y destruyen el espejo. La lógica es superficial: el espejo los hace verse feos; entonces, destruyen el espejo para volverse hermosos.
La relación es especular. Como quiera que estés relacionado con una persona (sea tu esposa, tu marido, un amigo, un amante, un enemigo), allí hay un espejo. La esposa refleja al marido. Allí puedes reflejarte. Y, si ves
un marido feo, no trates de dejar a tu esposa, pues la fealdad está en ti. Despréndete de la fealdad. Este espejo es hermoso; agradécele.
Pero las personas estúpidas y cobardes siempre huyen y renuncian; la gente sabia y valiente vive siempre con relaciones y las utiliza como espejo. Vivir con alguien conlleva un reflejarse permanentemente en lo que te rodea. En todo momento el otro te expone, te revela. Cuanto más cercana sea la relación, más claro es el espejo. Cuanto más distante sea la relación, el espejo se tornará menos claro. Por eso toda renuncia se transforma, en realidad, en una renuncia al amor. Marido y mujer: esto se convierte en el fundamento del quiebre de la relación, pues vivir veinticuatro horas por día con una persona en la misma casa, relacionarse las veinticuatro horas...
Aun cuando una esposa no le esté hablando al marido, aun cuando no le esté diciendo nada, refleja. Aun cuando el marido está simplemente leyendo el periódico, refleja. Por la forma en que acomoda el periódico, la mujer sabe que el periódico está sólo para crear una pared entre ambos, que él se está escondiendo detrás del periódico, que tal vez esté fingiendo ante sí mismo que está leyendo, que tal vez esté leyendo las mismas noticias dos veces, y hasta tres. Que tal vez no esté leyendo nada, sino sólo recorriendo las palabras con la
vista en forma mecánica. Pero el modo en que se oculta detrás del periódico se torna como un espejo. Está evitando a la mujer, está harto de ella, no quiere que ella esté aquí, no quiere mirarla, ni verla. Su presencia, su sola presencia, le resulta pesada. De alguna manera, quiere escapar.
Cuando estás enamorado, no es necesario el lenguaje. Los gestos... e incluso los silencios se vuelven elocuentes. Se produce un constante reflejo, y todo el mundo se ve feo, pues la belleza es algo que se da de vez en cuando, cuando tu ser interior comienza a revelarse. El yo siempre es feo. Por eso, sólo cuando el yo no
está, uno puede volverse hermoso. Es el yo lo que se refleja.
Quienquiera que te recuerde permanentemente que eres feo, se transforma en tu enemigo; y quieres renunciar a él. ¿Pero es sabio renunciar al espejo? Es tonto. Aunque si nadie te devuelva un reflejo, seguirás siendo el mismo. Incluso puedes crecer más en la misma dirección cuando nadie te lo recuerda. El espejo es hermoso y bueno. Te sirve. Y, si estás alerta, poco a poco, puedes desprenderte de¡ yo. Entonces, en el espejo se revelará tu hermoso ser.
Una vez que te transformas en una nada, en una nube blanca, todos los lagos de¡ mundo revelarán tu blancura, tu corriente tranquila. Por eso digo que hay una sola cosa a la que renunciar: el renunciamiento; nada más.
Vive donde está Dios, o donde está el todo. Entonces, Dios o el todo: dondequiera que encuentres que el todo te ha colocado, quédate allí. El todo nunca coloca a nadie en un renunciamiento; nunca. El yo siempre te impulsa a meterte en relaciones porque, como nadie nace solo, nadie puede estarlo. Por lo menos, se necesitará a la madre, al padre; una sociedad, una familia. El todo siempre te empuja hacia las relaciones. Por eso digo que el renunciamiento va contra Dios.
Adondequiera que te lleve, muévete como una nube; muévete con él, y entrégate por completo al todo. Lo único que hay que recordar es la cuestión de los opuestos: el silencio, el equilibrio, la integración.
Dices que será difícil. Sí, lo será. Si eres extremadamente feliz, será difícil en una familia patológica, y toda familia lo es. Será como si estuvieras obligado a vivir en un manicomio: será difícil porque todos allí estarán locos. Entonces, ¿qué puedes hacer? Si te internan en un manicomio (tú no estás loco, como sí lo están todos los demás), ¿qué harás? Si en verdad no estás loco, te comportarás en forma loca. Es el único camino sabio allí. Así, nadie llega a enterarse de que estás sano pues, si se llegaran a enterar, habría problemas. En un manicomio, un hombre verdaderamente sabio actuará de modo más loco que lo que pueda hacerlo cualquier loco. Ése es el único estado seguro en un sitio así.
Entonces, en esta vida, donde todo el mundo está loco, ¿qué puedes hacer? Este planeta entero es un manicomio, un gran manicomio. Todo el mundo está enfermo, tiene patologías, es anormal, insano, ¿qué puedes hacer? ¡Actúa! Con la gente, cuando lo sientas, no trates de crear problemas cuando no es necesario; sólo actúa y disfruta de hacerlo. Con la gente, actúa. Por ti mismo, ponte loco de alegría. ¿Qué quiero decir?
Quiero decir que, si alguien murió en el vecindario, ¿qué harás? ¿Ponerte loco de alegría allí? Si lo haces, te golpearán. Gime y llora, actúa bien, pues eso es lo que se requiere en toda la situación patológica en la cual la muerte no se acepta, en la cual la muerte representa al mal. No le crees problemas a nadie. Si eres sabio, actúa; y actúa tan bien que nadie pueda llorar como tú. ¡Disfrútalo! Es algo interior ¡Convi értelo en éxtasis! Pero para afuera, para la gente que te rodea, actúa bien.
Sé un actor en el mundo. Cuando eres un actor, no te preocupas, porque sabes que no es más que una actuación. La vida entera es un gran psicodrama. Sé allí un actor, y por dentro conserva tu dicha no egoísta.
Suficiente por hoy.

Osho-Mi Camino de las Nubes Blancas

lunes, 7 de mayo de 2012

Osho: Este sutra del Buda es muy, pero muy importante...

Este sutra del Buda es muy, pero que muy importante. Se trata de un sutra muy simple,...
pero no hay que tomárselo literalmente. Sí, desde luego, literalmente también es verdad, pero lo importante es todo el proceso, cómo llegar a ser uno, cómo disolver la dualidad a todos los niveles de tu ser, desde el más grosero al más sutil, de la circunferencia al centro... Cómo soltar toda dualidad y llegar a un punto en que de repente seas uno.
Ese punto es el objetivo de todas las religiones, de todos los yogas, de todas las oraciones, de todas las meditaciones, el objetivo del islam, del cristianismo, del hinduismo, del jainismo, del budismo, el objeto de todos los buscadores. Porque una vez que eres uno desaparece tu desdicha.
La desdicha existe a causa del conflicto. La desdicha existe porque tu casa está dividida, la desdicha existe poque no eres uno, sino una multitud, mil y una voces en tu interior, que tiran y estiran de ti en todas las direcciones de todas las maneras.
Eres un revoltijo, un caos. Es un milagro el que puedas arreglártelas para no volverte loco, porque estás hirviendo de locura. Es un milagro que hayas conseguido permanecer cuerdo, que no te hayas perdido en esa multitud. Pero perdido o no, estás sentado sobre un volcán que puede entrar en erupción en cualquier instante.
Recuerda lo siguiente: la demencia no es algo que sobrevenga a unos cuantos desgraciados, sino que es algo a lo que tiende todo el mundo. La demencia es algo que llevas contigo mismo como una semilla, y puede brotar en cualquier momento; sólo espera la temporada adecuada, el clíma adecuado, la oportunidad adecuada. Cualquier cosita puede desencadenarla y tú... volverte majara. Y estás majara porque tu base está dividida. Ser uno es posible pero entonces hay que ser muy consciente de la situación.
Osho- And The Buddha Said
Disertaciones sobre
"El Sutra de los 42 Capítulos"
Capítulo 5, La Verdad Más Allá de la Magia
Pág. 87