martes, 2 de noviembre de 2010

Osho, Antes de que me dé cuenta, el que en mí observa se convierte en el que juzga. ¿Qué he de hacer?

Antes de que me dé cuenta, el que en mí observa se convierte en el que juzga. ¿Qué he de hacer?

No juzgues. Si tu observador se convierte en juez, estupendo. No juzgues al juez; obsérvalo. Si de nuevo aparece el juez, obsérvalo.
Continúa siempre volviendo al observador; no seas derrotado por el juez. Y no te alteres. No es cuestión de que no juzgar. Si te obligas a no juzgar, no serás feliz; te reprimirás. Y hagas lo que hagas, el juez estará allí; no importa la forma en que te obligues, siempre te reprimirás.
¡No! ¡Suéltalo! Si surge un pensamiento y luego le sigue otro pensamiento y se convierte en un juicio, observa también ese juicio. Sigue siempre volviendo al observador; en eso estriba todo. Si de nuevo surge el juez, déjalo que surja. No le temas. Siempre tienes la libertad de volver a ser el observador.
En sí, el método de la observación es no ser engañado ni ser distraído por el que juzga. Déjalo que surja; no tienes por qué condenarlo. ¿Qué puedes hacer si surge el juez? ¿Qué puedes hacer? No hay nada que hacer.
De nuevo puedes convertirte en un observador. Deja que vuelva y vuelva. En algún lugar el juez se perderá y entonces el observador permanecerá centrado.
Será un largo proceso porque siempre has estado ayudando a que el juez surja. Durante muchas vidas, durante miles de años te has identificado siempre con el juez. De modo que el juez no sabe que has cambiado de opinión. Durante unos cuantos años seguirá apareciendo. Depende de ti.
Si sigues volviendo al observador, antes o después, el juez comprenderá que ya no es necesario; que es un invitado al que no se le quiere. Seguirá golpeando a tu puerta unas cuantas veces, pero ese llamar se irá debilitando, más y más y más.
Un día, viendo que ya no te interesas por él, el juez desaparecerá.
Tú no puedes suprimirlo.
Osho-El Verdadero Sabio

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