Osho: La lucha endurece. Solo con pensar en luchar, te rodea una sutil dureza.
Solo con pensar en resistir, te recubres con un caparazón, que te envuelve como un capullo. La sola idea de tener una meta determinada te convierte en una isla y dejas de formar parte del extenso continente de la vida. Y cuando te separas de la vida eres como un árbol separado de la tierra. Puede vivir del alimento anterior, pero en realidad está moribundo. Necesita las raíces, estar en la tierra, unirse a ella, formar parte de ella.
Tienes que unirte al continente de la vida, formar parte de ella, enraizarte en ella. Cuando estás enraizado en la vida eres suave por que no tienes miedo. El miedo provoca el endurecimiento. El miedo crea la idea de la seguridad, la idea de la protección. Y no hay nada más mortífero que el miedo, porque con la idea misma del miedo te separas de la tierra, te desarraigas.
Entonces vives en el pasado: por eso piensas tanto en él. No es una coincidencia. La mente piensa continuamente en el pasado o en el futuro. ¿Por qué pensar tanto en el pasado? ¡Lo pasado, pasado está! No puede recobrarse. ¡El pasado está muerto¡ ¿Por qué sigues pensando en él, si ya no existe y si ya no se puede hacer nada? No puedes vivirlo, no puedes estar en él, pero sí puede destruir tu momento presente. Tiene que haber una causa muy arraigada, y esa causa es que estás luchando contra el todo. Al luchar contra el todo, contra el río de la vida, te desarraigas. Te has convertido en algo minúsculo, en un fenómeno encapsulado, encerrado en sí mismo. Te has convertido en un individuo, que ya no forma parte de él. Tienes que vivir como un avaro, de tu alimento anterior: por eso la mente no deja de pensar en el pasado.
Y tienes que recuperarte de algún modo si quieres prepararte para luchar: por eso no dejas de pensar en el futuro. El futuro te da esperanza, el pasado alimento, y entre ambos se extiende la eternidad, la vida misma, que tú te estás perdiendo. Entre el pasado y el futuro te mueres en lugar de vivir.
Osho- Intimidad
Cap. Instrumentos para la Transformación.
Sé Vulnerable
Págs. 117,118
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